martes, agosto 22, 2006

La vida... una batalla...

Te doy mi mano, y salimos fuera del castillo, los dos cabalgando… tus cabellos al viento, tú vestido blanco, un día de sol hermoso, estas radiante, luminosa, celestial… Conquistamos la verde pradera, pero a medida que avanzamos el cielo se oscurece… parecería como que la noche abre sus fauces, pero todavía no es su hora, es el humo negro el que diluye los rayos del sol, el que apaga el celeste del cielo… veo tu rostro preocupado, te digo “no temas, estas conmigo”, seguimos avanzando, de pronto se abre ante nosotros un paisaje desolador, terrible, como salido del mismo infierno, fuego, cadáveres, animales carroñeros haciendo su festín… en tu rostro se refleja el horror, bajamos, nos quedamos a pie, te acercasi, te abrazas a mi, te siento temblar, tus ojos me miran diciendo “porque me has traído aquí mi caballero” como te conozco, nos conocemos, te digo “toda tu vida has estado en el castillo, no has salido de él, no conoces lo que es el horror de la guerra, la miseria, el campo de batalla, este lugar donde afloran los sentimientos mas opuestos, lealtad y deber con tus compañeros y odio y muerte sin piedad a tus enemigos…”
Quería traerte para que veas esto, para lo conozcas, a veces a mi me cansa, me angustia, no se hasta cuando los hombres pelearemos, destruiremos, seguiremos derramando sangre… muchas veces me pregunto si esto tiene sentido, si tendrá algún sentido… si así realmente se logrará algo…
Por ahora lo único que pienso al entrar en batalla, es salir vivo para volver a tus brazos, a la calidez de tu cuerpo, a tu amor incondicional, a tu ser de luz, eres lo único por lo cual quiero seguir viviendo… después de haber sentido tanto dolor al perder hermanos en la cruzada, después de tanto sufrimiento vivido e infligido a mis enemigos… que duro es esto, solo tu me das fuerzas…
Perdón por traerte aquí mi doncella, pero quería que conocieras esta miseria, este dolor, este sufrimiento que muchas veces vivo…cada vez que vuelvo al castillo, vienes a mi y me colmas de amor y cariño, sacas lo mejor de mi, ves mi luz, ves mi alma a través de mis ojos, me ves a mi, pero quiero que veas también que soy un hombre, un guerrero, y que tengo mis defectos, mis mezquindades, mis sombras… no me idealices amor, solo soy un hombre…tu hombre…

lunes, agosto 21, 2006

El caballero y su espada


El caballero entra en batalla, llevando su espada,
a lo largo de los años,
esa espada se transformo en la continuación de su brazo,
su empuñadura se confunde con su mano,
fiel compañera de alegrías y tristezas,
de victorias sublimes y derrotas sangrientas…
cuantos compañeros de armas vimos partir…
cuantos hermanos que ya no están…
no llevo la cuenta de cuanta sangre corrió por su hoja,
cuantas vidas quito,
a cuantas doncellas entristeció al no dejarlas reencontrarse con su caballero,
cada vez que pienso en eso me da miedo,
desearía no tenerla tan arraigada en mi, tan apegada…
pero es mi compañera… mi protectora… miles de años a mi lado…
guerras … batallas …
de todas formas sigo pensando,
todas estas contiendas sin fin, ¿Cuándo terminarán?, ¿Nos llevaran a algo?
a veces creo que en el mañana los hombres no conservarán sus espadas,
pero desgraciadamente sus mentes crearan otras armas mas peligrosas,
y estas luchas no tendrán fin, son un ciclo que se repite …
esto es lo que me hace madurar,
espada mía, fiel colaboradora…
algún día, después de todo este tiempo juntos,
te dejare descansar… si mi ferviente e inseparable compañera…
llegará el día en que te cambie, y espero me entiendas…
te cambiaré por una pluma…
para escribir mi vida de alegrías y tristezas,
de luces y sombras, de amor y sangre…
a ver si mi experiencia les pueden servir a otros …

La doncella y su caballero


Tome tus manos y entrelace tus dedos con los míos ...
busque tu mirada, esos ojos de color indescifrables,
claros, puros,transparentes, me dejaron ver tu alma,
te desnudaste ante mi,
esa muralla que levantaste a otros hombres se derrumbo,
se desplomo, me dejaste ver tu esencia, a través de ellos....
te reconocí, si, eres tu, siempre te he buscado, siempre te esperé...
eres mi doncella.... Siento tu timidez, desde el principio lo note,
y al sentirte temblar supe que también me reconociste...
si amor, soy yo, tu caballero,
el que siempre estuviste esperando,
y que en momentos de desesperación, dudastes si vendría...
soy yo, al que le distes tu pañuelo, para que lo ponga debajo de mi armadura,
justo sobre el corazón, para que al entrar en batalla,
ninguna lanza ni espada, le haga daño...
me golpearon, me quemaron, me cortaron....
pero mi corazón sigue intacto, ansioso, deseoso de volver a mi castillo
y reencontrarme con mi amada...
si amor, tu eres esa doncella y yo soy ese caballero....
hoy, en este momento, en este lugar, nos reconocimos .....